Después de una extensa gira durante el 2013 y de haber dedicado el 2014 a presentar su álbum Bohemio, Andrés Calamaro regresa por partida doble con un disco y un DVD en directo: Jamón del medio y Pura sangre. Excelente motivo para platicar con él desde su casa en Madrid.
Calamaro es considerado uno de los dioses del Olimpo del rock argentino. Primero se hizo de gran reputación como integrante de Los Abuelos de la Nada y de Los Rodríguez, y después con su larga y destacada carrera solista. Este año su catálogo se amplía con el disco Jamón del medio, que contiene 15 temas en vivo grabados durante su gira por España, y Pura sangre, DVD con 27 canciones grabadas durante su gira por América Latina. Aprovechamos este lanzamiento para recapitular la extensa carrera de este compositor argentino, hablar sobre sus nuevas producciones y acerca de la forma en la que él consume música en estos días.
Empezamos platicando sobre Los Abuelos de la Nada, banda emblemática formada por Miguel Abuelo en 1967 y de la que Calamaro formaría parte en su segunda etapa, o sea, a partir de 1981. “Estoy muy honrado de haber compartido aquel pedazo de vida con semejantes compañeros, liderados por el gran poeta Miguel Abuelo. Entré al grupo para tocar teclados y terminé cantando canciones que el tiempo convirtió en humildes emblemas. Me sentía más fluido con los teclados que cantando (era mi función natural); sin embargo, todos cantábamos y escribíamos canciones para mayor variedad y fantasía”, recuerda Calamaro de aquella etapa tan importante en su formación.
Hablando sobre su posición dentro de una especie de “Olimpo del rock argentino”, Calamaro acepta que no pertenece a él: “Ya no estoy ahí. Los hombres fuertes del rock argentino son Carlos “Indio” Solari y Ricardo Iorio. Ricardo canta con Almafuerte, pero proyecta una personalidad propia y es un faro de conciencia. Bastante mérito tiene acompañar a estos dos señores y ganarme el respeto de semejantes compañeros. Son independientes, éticos y poéticos, flor y nata del rock y del heavy, herederos de lo mejor de ellos mismos”.
Sobre los reconocimientos o premios adquiridos a lo largo de su carrera, Calamaro comenta: “Soy un perdedor serial de premios internacionales; perderlos no tiene ninguna importancia pero ganarlos es positivo, porque un disco no es una obra estrictamente individual, involucra a muchos compañeros y todos merecen la alegría de saber que hicieron un trabajo que está siendo premiado por su excelencia”.
En últimos días el argentino no ha estado produciendo canciones nuevas: “Mis últimas grabaciones no fueron formalmente canciones. Hace un año y medio estaba envuelto en una serie de visiones de otra naturaleza, y últimamente estoy involucrado en otra clase de asuntos literarios. Hace poco escribí el prólogo para ‘Sin armas ni rencores’, de Rodolfo Palacios. Es la crónica del asalto al Banco Río contada por los protagonistas. El robo del siglo”.
Sobre México y su relación con este país nos dice: “En México tengo familia, tres generaciones de familia. Mi primer viaje psicodélico fue en México, viajé en los ochenta para grabar un disco y viví dos meses en un Sheraton. Allá tengo amigos y amigos desconocidos. Debo agradecerle siempre a México el privilegio de recibirme como un hermano y saludarme como un héroe en nuestros conciertos, es un privilegio cantar allá. Todo el tiempo estoy descubriendo algo de por allá, me considero un hermano de esa ciudad”.
La idea de que estas nuevas producciones vinieran juntas surgió casi por coincidencia, según explica: “En Madrid tengo mis interlocutores en asuntos discográficos desde hace más de 20 años; me encontraba en mi vivienda madrileña y con buenas sensaciones de los conciertos que estábamos ofreciendo en la etapa española de la gira de Bohemio [2013]. Escuchaba viejos discos en vivo, aquellos que hicieron historia… Teníamos en marcha el DVD de la gira americana y pensé que era buena idea sumarle al asunto un disco en vivo de formato clásico para prensar en vinilo de plástico fino y también en CD”.
El ilustrador argentino quien actualmente radica en la Ciudad de México, Jorge Alderete, se encargó de hacer el arte para la portada de Bohemio y también para estas nuevas producciones en vivo. Sobre el trabajo del Dr. Alderete, Calamaro comenta: “¡Caray! Este año fui privilegiado con tres portadas del Dr. Alderete: la edición Bohemio + Bohemia, Jamón del medio y Pura sangre. Ilustrar Jamón del medio (con Alderete) fue una decisión valiente porque estábamos sobre los límites del almanaque. El Doctor hizo la portada del disco en una tarde. Y resultó ser una delicia de diseño artístico para un álbum, es muy original para ser un disco en vivo, no tiene fotos y ni siquiera dice ‘en vivo’ en la portada”.
Consciente de que los escuchas de la nueva generación ya no compran discos como en otros tiempos, Calamaro nos dice cuál es el augurio para este par de producciones: “Uno siempre espera lo mejor para un disco, es verdad que hay unos que tienen mejor suerte que otros, y que hoy en día es complicado medir el éxito de los álbumes porque la mayoría de los oyentes los escucha en sistemas de música virtual, sin necesidad de comprarlos. Hay que conformarse con las buenas sensaciones. No es poco y de momento percibo muy buen ambiente para Jamón del medio y su hermano audiovisual, Pura sangre”.
Siguiendo con el tema de la nueva forma de consumir música en esta era digital, Calamaro explica por qué cree necesario seguir editando discos: “El formato físico es el formato de la ropa, de los cuadros y de los libros. Uno sigue comprando ropa (si puede) aunque tenga lo necesario y suficiente para no estar desnudo; qué privilegio comprar un cuadro aunque ya tengamos uno en la pared, comprar un disco es un placer diferente al de escucharlo. Coherente con mis ideales, sigo ofreciendo discos porque me gusta comprarlos, aunque no compro los míos propios. Me parece normal, tampoco comemos ni bebemos lo estrictamente necesario para no morir de hambre y sed. No puedo jurar que sea necesario editar un disco, pero si a mí me gusta adquirirlos, habrá más gente con esta misma debilidad”.
Además de comprar discos, Andrés Calamaro también confiesa que cuando tiene momentos de tranquilidad en su casa se prepara un mate (infusión criolla) y se pone a escuchar tranquilamente la música inabarcable que ofrecen los servicios virtuales como Spotify o Deezer. Él se considera un melómano y consumidor de música en casi todas las maneras que se le presentan y nos dice: “Soy un consumidor de todos los formatos. Todavía compro discos y me gusta encontrar buenas tiendas. Compro CDs y vinilos. También escucho soportes virtuales donde encuentro casi todo lo que estoy buscando —en un minuto— y suena bien. Es difícil entrar a una tienda de discos (hoy en día es complicado encontrar alguna) y recordar todo lo que estamos buscando mientras descubrimos cosas. Para la música urgente existen las facilidades digitales”.
Colaboraciones importantes:
Andrés Calamaro y Auténticos Decadentes – “La guitarra 99”
Andrés Calamaro y El Tri – “Cásate o muérete”
Andrés Calamaro y Fito Páez – “Un vestido y un amor”
Andrés Calamaro y Enrique Bunbury – “Confesión”
Andrés Calamaro y Gustavo Cerati – “Crimen” y “Trátame suavemente” (en vivo)
Andrés Calamaro y Joaquín Sabina – “Corazón de neón”
Andrés Calamaro, Sabina y Fito Páez – “Más guapa que cualquiera”
Andrés Calamaro y Ratones Paranoicos – “Para siempre”
Andrés Calamaro, Fito Páez y Charly García – “La rueda mágica”
Andrés Calamaro y Calle 13 – “Insoportablemente cruel”