Andrés Calamaro dice que no sale con Sol Acuña y que «por el momento sigo casado». Sin embargo, está instalado, solo, en Buenos Aires, y su mujer sigue en Madrid. Reconoce que pasó por un «momento complicado».
NOMADE. En Madrid tiene casa propia, pero en Buenos Aires vive en un hotel. El músico dice que en un futuro volverá a instalarse en la Argentina.
Andrés Calamaro está harto de encontrarse siempre ligado a los escándalos. Primero fueron los dichos -que lo llevaron a un juicio por apología del consumo de drogas- en un recital en La Plata, después la pelea con Charly García por su mujer española, Mónica, y ahora un divorcio acompañado por un supuesto romance con Sol Acuña, una historia (que si alguna vez existió) comenzó en el verano, en Mar del Plata, con unas «fotos inocentes» en un restaurante del puerto, y que siguió en Buenos Aires en una mesa del Soul Café. Entonces y ahora -otra vez en el país-, el músico se cansó de desmentir los rumores.Calamaro es de esos personajes que prometen nunca posar con su chica en Punta del Este. Le da vergüenza. Y también por vergüenza hay cosas de las cuales no habla con la prensa, porque tampoco se las cuenta a sus amigos ni a sus padres. Prefiere, «como Bob Dylan, cuidar su intimidad». De hecho, ante la primera pregunta sobre Sol Acuña, recurre a la ironía: «¿Quién dice que salgo con Sol? No es verdad. Si no me da bola -se ríe-. Además, si hablo de Sol, todas mis otras chicas se van a poner celosas. No hablemos de eso. Es mentira. ¡Pobre Sol! Es divina, no le arruinemos su carrera. Siempre sale bien acompañada en las fotos. Salió con Mick (Jagger) o con Michel (Peyronel).»-Y el otro día con…-¿Con quién? Contame, dale, que me interesa.-Creo que era uno de los Heguy. -¿Quiénes son?-Una familia de polistas.-Ah… ¡Qué desilusión! ¿Cómo voy a salir yo con una chica que aparezca en una foto con un polista? Necesito alguien con más prestigio, ¿no te parece?
-¿Para qué viniste a Buenos Aires?
-Porque en Madrid hacía calor. La gira se había terminado y yo quería seguir trabajando con las canciones de mi próximo disco. Ya tengo casi cuarenta temas nuevos que escribí en sólo dos meses. Entonces, como no tenía compromisos, me vine a Buenos Aires. Es lindo ser turista en Buenos Aires, así la m… te llega sólo hasta las rodillas.
-¿Cuál es tu estado civil?-(Largo silencio.)
Por el momento sigo casado. Woody Allen dice que el estado civil y el corazón son los músculos más flexibles del cuerpo. Hace poco pasé por un período complicado, pero salí adelante dando tumbos en medio de una gira, buscando la felicidad de la normalidad y el final de la angustia. Soy un afiliado a la tristeza, a la melancolía. Toda la vida escribí canciones tristes con música alegre. Transparentes, grises y, en algunos casos, oscuras. Recién ahora vuelve a correrme la sangre azul por las venas. Pasé un mal momento, pero nunca estuve solo ni mal acompañado.
-¿Las fotos con Sol afectaron tu matrimonio?-(Otro largo silencio.)
No. Pero uno nunca sabe cómo pueden ser usadas en el futuro. Al principio, aquel titular me causó gracia, aunque salí bastante feo en la foto. Me acuerdo de que yo recién llegaba de España y estaba un poco destemplado, muy abrigado y con muchísima ropa encima. Sol en cambio estaba con un vestido floreado, más linda que nunca. Fueron fotos inocentes, estábamos con amigos. El problema fue la mala leche de la nota que las acompañaba. Se podría decir también que estábamos comiendo langostinos y que los langostinos son afrodisíacos y… ¡Qué sé yo! La verdad es que no quiero hablar de esto. No quiero hablar de ninguna chica. Tengo amigos y tengo un amor, que hoy lo tengo y no lo tengo, pero que no tiene ningún nombre.
-¿Cómo te llevás con la soledad?
-No me gusta estar solo. Aunque nunca estoy solo porque siempre me acompaña mi propia soledad. En realidad, me gustaría estar solo alguna vez, pero hasta ahora nunca tuve tiempo.
-¿Qué es lo que más te molesta de los fotógrafos indiscretos?
-Quiero que respeten mi imagen. No quiero esa clase de tratamientos para mí. Hay cosas que no quiero compartir, cosas que no hablo ni con mis viejos ni con los músicos de mi banda. Por pudor, por vergüenza. No voy a decir a quién amo ni con quién duermo. Además, que me roben una foto es como si me pegaran una piña. Imaginate ir caminando por la calle y que alguien te dé un beso con mal aliento o con barba. Yo lo vivo como un acoso. Me pone nervioso la vigilancia.-Podrías hacer como Dylan y no dar más notas.-En la Argentina, evitar dar notas sería enfrentarme a un medio en el que tengo muchos amigos. Acá nadie se alegra por el éxito ajeno y, si encima me alejara de la prensa, muy poco cariño quedaría. Me gusta hacer notas, pero después no me gusta leerlas. Acá el éxito es una cosa violenta. La relación entre la popularidad y la venta de discos es muy desigual y uno puede hacerse famoso sin vender discos. En España, en cambio, podés vender un millón de discos e ir caminando tranquilo a la carnicería.
-¿Siempre cuidaste tanto tu imagen como ahora?
-No, eso me vino con los años. Como dice Jack Nicholson en la Rolling Stone: «Con los años me vuelvo vanidoso».
-¿Es cierto que estás por comprarte una casa en Buenos Aires?
-En los últimos tiempos compré algunas propiedades. Vivo en casa propia en Madrid y estuve viendo casas también acá. Aunque estoy acostumbrado a vivir en hoteles. Pero sí, en el futuro voy a volver a Buenos Aires y viviré, como corresponde, en una casa propia, que es todo un mito nacional.
-¿Sos un hombre formal?
-No lo sé. Depende de lo que se entienda por formal: si ser formal es seguir al rebaño y ser una persona obediente, no; si significa pagar los impuestos, sí. Si ser formal es no tomar cocaína todos los días, sí, soy formal. Conozco el infierno, pero nunca pasé ahí más de dos o tres semanas. Siempre es más fácil entrar que salir: de la depresión, de la frivolidad o de la idiotez. Espero que a mí nunca me veas borracho ni mal vestido.