El cerebro ácido del rock en español

Verborreico. Psicodélico. Mordaz. Dylaniano hasta el tuétano, no hay más que verle. Andres Calamaro ha hecho un paréntesis con sus Rodríguez y estrena su séptimo disco como solista. En esta conversación, lee filosofía y enseña la de su cosecha.

Calamaro está sentado frente a la ventana abierta de una habitación de hotel.»Desde acá puedo ver lo más lindo y lo más feo de Buenos Aires». Lo mejor, explica, trasluce por las ventanas, y lo peor se intuye al otro lado de las puertas, «las puertas de la percepción». «Esperá», dice, «voy a buscar un cigarro». El teléfono quedajunto a la ventana y recoge los sonidos de la gran ciudad: bocinas, motores, sirenas, el graznido de alguna gaviota. Vuelve con el cigarro y, además, con un libro recién encontrado en Chile: Del inconveniente de haber nacido, del insomne filósofo muerto Emile Cioran. Tiene un montón de frases muy importantes, dice. «Te leo alguna. ‘No reducirse a una obra. Sólo merece la pena aquello que pueda susurrarse al oído de un borracho o un moribundo’. Escuchá esta otra: ‘Regla de oro: dejar una imagen incompleta de sí mismo». Desde lo alto de su atalaya, Calamaro filosofa algo impúdicamente, habla lento, pero por los codos, y se siente un poco Dios. Alta suciedad lleva unas 130.000 unidades vendidas sólo en Argentina desde mayo.»Estoy solo en el ring. Este maldito yo [otro título de Cioran] echó a todos sus rivales del cuadrilátero. A empujones. Sin morder. A mí sí me intentan morder. Pero los que lo intentan son pecadores que jamás merecerían llamarse Mike Tyson…».

Tentaciones. ¿Cómo va el disco?

Andrés Calamaro. Todavía no alcanzó su techo. Aquí hay mucho entusiasmo con él, se venden más de mil discos al día. Estoy contento. Todos me tratan como si fuera el mismísimo Bob Dylan. Yo les digo que me den la oportunidad de escribir otras 200 canciones más, o tal vez 2.000, y me acuerdo de que Bob se pasó un año entero sin hablar con nadie. A todo el mundo le gusta que la conclusión de mi estrellato sean las lecturas de Ciotan y mi chaqueta negra, que ahora es de tela. Cambié la ropa de cuero por la italiana. Como dijo Paul Weller: «Yo gasto tanto en discos como en ropa». Aunque estoy seguro de que Paul y yo,además, gastamos en otras cosas, por ejemplo, ins-trumentos… y en todo lo demás también.

T. Yo pensaba que los de la Alta suciedad serían precisamente aquellos que han cambiado la chupa de cuero por la chaqueta de Armani

.A. C. No me comprometo mucho con el título Alta suciedad. Es una casualidad. Prefiero entenderlo como una cuestión autoirónica.’Alta suciedad son dos palabras que juntas suenan bien, como diría Paul McCartney: «Michelle mabelle, / these are words that goes together well». La verdad es que se me ocurrió mucho antes de escribir la primera canción del disco. Tengo por costumbre escribir los títulos antes, sin canción, sin música, y los voy guardando. Ya tengo tres o cuatro para el próximo.

T. Bueno, entonces háblame de la alta sociedad musical que ha prestado sus servicios en el disco.

A. C. Ésa es la auténtica nobleza. Grabar con Chuck Rainey [Steely Dan], con Marc Ribot [Tom Waits], con Steve jordan [Keith Richards … ¡Los mejores músicos de la historia! Ojalá fuera así. Se van a sorprender mucho cuando escuchen el disco terminado y sepan todo el ruido que estamos haciendo con esa música. Cuando vuelva a Madrid tengo que mandarles una copia. Puede que también le mande una a Dylan. ¡Y a los Rolling Stones! Tal vez los Stones puedan conseguir un mejor pianista que yo, pero nadie que arme los porros como los armo yo… [ríe sonoramente].

T.¿Cuántos te has fumado hoy?

A.C. Todavía no llegué a mi límite. Mi pasaporte dice: «Visa: 50 gramos».

El éxito de Calamaro en su país natal es todo menos inusitado. En España (donde vive desde 1989) pocos saben que éste es su séptimo disco como solista y que grabó otros cuatro junto a una banda de culto que se llamó Los Abuelos de la Nada antes de juntarse, por fin, con Ariel Roth, julián Infante y Germán Vilella, y triunfar aquí y allá como Los Rodríguez. Veinte años, pues, haciendo canciones y perpetrando la tradición musical del país más rockero del Cono Sur. Seguimos hablando.»Alta suciedad’ parece un disco de Sammy Davis: negro, judío y con un ojo de vidrio. Y con visión de rayos X» A. C. Alta suciedad parece un disco de Sammy Davis: negro, judío y con un ojo de vidrio. Y con visión de rayos X. Es más negro, más judío, más argentino, másfunk, pero sobre todo másfolk. Folk es una palabra clave para mí para enten-der el disco. Yo lo entiendo como el folclore interpretado por una persona de otra cultura, como un inglés que toca blues… Me gusta, por ejemplo, elfunk con folk de Bill Withers.

T.Eres un mitómano radical…

A.C. Nuestros artistas favoritos nos gustan por todo, no sólo por la música que hicieron. ¿Quién se atreve a negar que no estamos influenciados por el pelo de nuestros músicos favoritos?

T.En tu caso parece fácil adivinarlo.

A.C. Salta un poco a la vista, ¿no? Me están acusando de guiñarle el ojo a Dylan desde la tapa del disco…, pero el de la tapa soy yo. Si hubiera puesto en mi disco una foto de Dylan, entonces sería irrebatible.

T.Pues sí. Y un poco raro también.

A.C. Bueno, ¿pero quién se parece más a Dvlan,jakob o yo? Es una pregunta que to davía nadie se hizo. Él tiene los ojos claros, y YO..

T.¿Qué piensas de jakob Dylan?

A.C. No estuve cuando tocó en Madrid,estaba grabando. Pero a ninguno de mis amigos le gustó. Yo creo que hay gente que está un poco molesta con él. A mí el disco me gustó, inclusive lo escuché entero. Pero dentro de los dylanianos los hay que insisten en quejakob también es un genio, y estamos los escépticos, los que preferimos ajulio antes que a Enrique.

T.¿Te gusta julio Iglesias?

A.C. Me encantaría conocerlo.Imprevisible, verborreico, psicodélico Calamaro.

En 1994 protagoniza un inci-dente que, pese a que puede parecer irrelevante y lejano, ha llegado a traer cola en Argentina. El ex Rodríguez participa en un concierto en un estadio abarrotado. Cien mil personas. Entre canción y canción, a Andrés le da por exteriorizar su incontinencia cannábica y dice: «Estoy tan a gusto que me fumaría un porrito» Se monta un escándalo que se salda con una denuncia por apología del consumo de drogas. Aún colea. «Cierta clase de basura sí debería estar prohibida», dice él. «Gente que ni come ni deja comer…, perros de la peor clase. Pero quién sabe, es posible que la tontería del porrito resulte útil para algo. Es posible que inspire cierto diálogo entre padres e hijos. Tal vez se instale un nuevo estilo de fumar como se fuma en España, con más relax y más libertad. Soy un caballero y fumo como un caballero». Y sigue.

A. C. Tengo una reunión con mi abogado esta tarde. Nosotros no lo consideramos delito, en eso estamos de acuerdo. Es posible que tenga un juicio oral. Yo no tengo nada contra lo que sea oral. Supongo que se tratará de un juicio verbal, ¿no? ¿No me lo voy a tener que tragar? Andrés divisa desde su atalaya a Guiliermo Martín, el guitarrista español que se ha convertido en su compañero de gira. flan decidido que si uno de los dos rompe el pasaporte, lo rompe el otro también. «Para pedir asilo políticamente incorrec-to». Y busca otro libro, Pasolini: «Mirá que lindo. Dice: ‘Es muy necesario ser muy fuerte para amar la soledad. Es nece-sario tener buenas piernas y una resistencia fuera de lo común. No se debe uno arriesgar a resfríos, gripes o males de garganta. No se debe temer a ladrones o asesinos si te toca caminar toda la fiesta, o quizá durante toda la tarde. Es necesario saber hacerlo sin darse cuenta. No hay donde sentarse». Se siguen oyendo sirenas.

T. Hablemos de rock and roll. Cómo van las cosas por allá, cuando se cumplen 30 años de rock argentino?

A. C. Difícil. Ahora que hav un auge de algo parecido a la cumbia.’En un montón de locales se escucha toda la noche esa especie de ultraalegre engendro tropical. Es dificil creer en el rock y tener un motivo. El underground ya no es rock. Es algo químico, tecnológico, punkológico. Buenos Aires tiene rock y todo lo demás también. Hay mucha gente que cree. Mucha gente que se quiere colgar una guitarra y tocar. Hay bastantes conciertos y bastante rock a d roll life.-fashion, rock, cocaine… Acá la cosa está bien, pero sé cuánto tiempo se podrá resistir. La calle está dura. Acá, la popularidad de un millón te hacer vender 100.000. De acá salís o sin brazos o sin piernas.

T. ¿Has tenido algún reencuentro emotivo con algún colega?

A. C. El otro día subí a tocar un par de canciones con Los Fabulosos Cadillacs en Santiago de Chile. Tenemos mucha proximidad. Su nuevo disco (Fabulosos Calavera) es realmente potentísimo, sensacional. Estuvieron trabajando mucho con Fishbone NI grabando con Rubén Blades. Realmente, Flavio es una humanidad colosal para la música. Son un grtipo inuv grande,. También estuve comiendo con Fito [Páez]. Está muy bien, pletórico de proyectos. Estuve escuchando las canciones que escribió junto a Sabina. Volví a comprobar que Sabina es el maestro. Sus rimas son las únicas que existen: son las letras que gente como yo hubiera querido escribir, pero que nunca hizo falta porque para eso va estaba él.

 

T. Chiapas, el disco para recaudar fondos para los indígenas mexicanos, se ha terminado haciendo con canciones de artistas latinoamericanos. Según tu proyecto, debía contar básicamente con la participación de artistas españoles. ¿Qué pasó?

A. C. En España, el principal enemigo es la indiferencia. Que no hay que confundirla con buena educación.

T. Rosana dijo: «Al rock español le ha vencido la metáfora».

A. C. ¡Sí, es lo mejor que le escuché! Pero ¿no se estaría metiendo conmigo? [Ríe]. Hlilvanar una metáfora detrás de otra como si fuera la lista de la compra es una cosa… Pero no creo que nosotros hayamos sido excesivamente metafóricos. Nosotros creemos en el medio como en el mensaje. Y si tu música es blanda, por más viajes a Cuba que hagas, el mensaje también es blando. Un músico con una camiseta del Che Guevara es como Tarzán con unos panties. No quiero ofender a nadie, pero muchas de estas camisetas están impresas en Estados Unidos. Como las de Rage Against the Machine.

T. Acabas de aludir a Los Rodríguez. ¿Es vuestra disolución un hecho consumado? [Calamaro ha explicado que el grupo estaba en la cuerda floja tras las desavenencias económicas entre él y el batería Germán Vilella].

A. C. Evidentemente, éste es un paréntesis. Pero es muy difícil pensar si podríamos volver a tocar todos juntos. No sé si se arreglarán los problemas. Yo tengo muchos. Tengo que visitar despachos muy seguido. Éste sería uno más, no va a ser el primer juicio de mi vida. Este año ya estuve declarando por otros temas, como lo del porrito. Pero no hay ninguna demanda todavía entre nosotros. ¿Volver a tocar juntos? Todo tiene que tener un sentido, y no me imagino tocando sólo por dinero.

T. ¿Actuarías en el mismo escenario con Ariel, como están haciendo Santiago Auserón y su hermano Luis?

A. C. Si nos parece elegante hacer una gira juntos, por mí no hay ningún problema personal ni musical. Tenemos que pensar si nos gusta la idea. El año pasado me gustó muchísimo salir con Sabina. Hicimos nuestra mejor gira. No estoy demasiado entusiasmado de ser el protagonista de una gira monumental. En eso me siento más cerca de Bob que de Bono. Sé que en España puede sonar ridículo, pero aquí yo podría tocar todos los días del año y acabar con los bolsillos muy llenos. Pero terminaría sin brazos o sin piernas. ¿Sabés? Hay una enfermedad de fin de siglo que se llamaban attack. Es algo parecido al ataque de fobia que tuvo Luis Aragonés en el Atlético de Madrid: uno cree que se muere. Yo estoy demorando todo lo posible: a ser posible, que no me toque hoy, ni tampoco la semana que viene. Porque, cuando tenemos miedo, no evitamos el dolor: lo anticipamos. ¿Quién dijo esto? Antonio Escohotado, en Alta Suciedad.

T.¿Estás al tanto de esta serie de patologías que llaman «males de fin de siglo»? Parece que hay gente tan estresada, que habla de abducciones extraterrestres…

A. C. ¡Sí! ¡Inclusive hay mucha gente que dice que está tan agobiada, que dice que se la llevaron en un platillo volante los de Prodigy! No me cabe duda de que la música tecnológica es una de las patologías del fin de siglo. Y que el auge de los cantautoes es tina de las del siglo pasado. «Hay tanta basura de moda, que la gente me escucha un buen rock y ya se cree que soy un poeta o Bob Dylan»

T. ¿Qué te parece que se diga que tus letras son metafísicas?

A. C. No estoy tan seguro… ¿Estoy comprometido a algo en especial con eso? ¿Qué se entiende por una letra metafisica? ¿No será lo que Rosana llama metafórico? A mí me suena como un elogio. Acá me llaman poeta. Estoy tratando de convencerles de que no es cierto. Eso es imposible porque casi no leo poesía, y un poeta trabajará de poeta, ¿no? Una cosa es tener una mirada poética… Yo creo que tiene que ver con la cantidad de músi ca en inglés que escuchamos. Hay tanta basura de moda, que la gente m,’ escucha un buen rock, una canción normal, y ya se cree que soy un poeta o Bob Dylan. La mayoría de’la gente aprende a no prestarle atención a la letra. Ahora mismo, las buenas letras en el rock, en la música moderna, son una especie en vías de extinción. Yo digo: «El tiempo es muy poco», y la gente se piensa que soy el puto Cioran. España ya tiene un poeta: Robe. Nadie va a pensar que soy un poeta por-que diga: «Flaca, no me claves tus puñales por la espalda». Metafísico sería decir: «La vida es una cárcel Con las puertas abiertas».

T.¿Tienes planes para tocar?

A.C. Nos juntamos acá un grupo reducido, con Guillermo y el maestro Gringui Herrera. Tocamos tres veces para radios, tales… Éste podría ser el núcleo de un grupo. Ya hablé con músicos en Madrid y me gustaría ensayar, y después pensar cómo es la gira que me gustaría. Tengo ofertas para girar. Pero prefiero ser torero, dejar la oferta pasar v pensar cómo quiero hacer las cosas…’Escuchá esto: «iNo hay consuelo, de eso no hay duda, más allá de tener por delante todo un día y una noche sin obligaciones ni límites de ningún tipo». La mejorjuventud, de Pasolini.

T.¿Planes más inmediatos?

A.C. Un trámite en los juzgados. Y volver a casa. Estoy en estado de sensibilidad y ansiedad. Hay un momento en el que si empiezo a echar de menos algo, ni me doy cuenta. El panic atiack puede estar a la vuelta de la esquina.

 

LAS CANCIONES

‘Alta suciedad’. Uno de los temas más contundentes y ácidos, marcado por un enérgico riff de guitarra, una poderosa sección de metales y la voz de Calamaro. Tremenda apertura.’Todo lo demás’. La primera joya del disco. Letra y melodía prueban la maestría de Calamaro.’Donde manda marinero’. De equipajes olvidados y del tiempo perdido, del olvido y de lo ajeno. Palabras con reminiscencias de tango y nostalgia que Andrés siempre convierte en otra cosa. Y una melodía porteña que recuerda a Los Rodríguez. Atención al solo de guitarra de Marc Ribot, cómplice habitual de Waits y Costello.’Loco’. Primer single. Calamaro declara principios (fumar porros y mirar a las palomas) con una fina pieza repleta de funk, vientos, wah wah. En acción, tres participantes de Gaucho, obra maestra de Steely Dan: Chuck Rainey, Hugh McCracken y Crusher Bennet.’Flaca’. Andrés habla del resentimiento, opta por el registro grave y empasta su voz con la de Celeste Carbalio, efectiva corista en todo el disco.’¿Quién asó la manteca?’. otro tema negro de -¿funk folk?- en el que lo único que chirría es el título. Mejor decir que recuerda a Bili Withers que decir que lo hace a Lenny Kravitz. Y paladear el sabor añejo del órgano Hammond.’Media verónica’. Una de esas piezas que acerca la sensibilidad de su autor a lo genial. Si en Chiapas se puede escuchar una versión más desnuda, aquí la voz de Andrés está engarzada en las cuerdas del chelo. La letra es una poesía metafísica de belleza estremecedora. Magistral.’El tercio de los sueños’. Ésta podría haberla escrito Sabina. De Farias y de toros, medio ranchera, medio hillbiliy.’Comida china’. De clara inspiración beatie (McCartney, en concreto), ésta es otra de las piezas melancólicas marca de la casa. Arreglos de cuerda hacen reverencias a Eleanor Rigby. Breve (2 minutos y 10 segundos) y dos veces soberbia.’Elvis está vivo’. Elvis, Dylan, Waits y Andrés se encuentran en Graceland. Y Palito Ortega, cameo vocal que entona Are you lonesome tonight.’Me arde’. Más del rock and roll stoniano que hizo de Los Rodríguez el único grupo de rock de este país.’Crímenes perfectos’. Andrés sigue brillando sublime en las baladas. Ésta es triste («todo lo que termina, termina mal», «la moneda cayó del lado de la soledad») y crece dolorosamente («no me lastimes con tus crímenes perfectos»).’Nunca es igual’. Reggae y psicodelia. Siete . minutos y 44 segundos homenaje a Antonio Escohotado, quien recita en parte de la canción.’El novio del ovido’l. Calamaro y Marc Ribot, mano a mano. Se imagina como un sentido tango.’Catalina, Bahía’. Un regalo que es la única pieza ajena a su repertorio. Grabado en casa.

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